Descripción
AMIGO es verdad que en tus relaciones con Dios: pediste el don de la salud y la salud es uno de los mayores tesoros de la vida; rogaste la bendición de la paz y la paz es el cimiento de todo equilibrio; suplicaste el apoyo del afecto y el afecto es un refugio sublime; deprecaste la luz de la comprensión y la comprensión es la base de la seguridad; demandaste el privilegio de la libertad y la libertad es la fuerza que te mide el perfeccionamiento; imploraste la protección de la simpatía y la simpatía es el estímulo de la acción; solicitaste el amparo de la cultura de la inteligencia y la cultura es el instrumento que te hace discernir; requeriste el socorro del trabajo y el trabajo es el motor del progreso.
Entretanto, para que obtengas salud y paz, afecto y comprensión, libertad y simpatía, cultura y trabajo, no prescindes de una palanca, de la cual no siempre te recuerdas en las peticiones a la Providencia Divina -la palanca del coraje, el coraje de servir y vivir.
Es por eso, lector amigo, que te ofrecemos las páginas simples de este libro.
Ellas traducen nuestro ruego -ruego a nuestras mejores fuerzas, -para que jamás nos desmoronemos, delante de las luchas y pruebas que son necesarias para nuestro propio perfeccionamiento, porque aún cuando estemos sitiados, en todas las direcciones, por la dificultad y la desarmonía, débito y sufrimiento, habrá siempre un camino de rehacimiento y liberación que la esperanza nos abre, ante la misericordia de Dios.
Uberaba, 19 de agosto de 1971.
EMMANUEL
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