Descripción
«Aceptamos, perfectamente, las bases científicas y filosóficas en que reposa la Doctrina Espirita, las cuales nos son propicias para adquirir la «fe razonada capaz de enfrentar a la razón cara a cara». Con todo, sobre semejantes bases, la vemos, aún y siempre, en su condición de Cristianismo restaurado, perfeccionando almas y renovando la vida en la Tierra, para alcanzar la victoria del Bien Infinito, bajo la égida del Cristo, nuestro Divino Maestro y Señor.
Por eso, no podemos acompañar a los que hacen de nuestra Redentora Doctrina una mera tribuna de discusión o una simple cacería de demostraciones de supervivencia, apenas para la realización de torneos literarios o para extensos coloquios de gabinete y anécdotas de salón, sin ninguna consecuencia espiritual para su propio camino.
Sabemos que el báculo no sublima el carácter y que la discusión filosófica nada tiene que ver con la caridad y la justicia. Así pues, con todo nuestro respeto por la filosofía que indaga y por la ciencia que esclarece, reconoceremos siempre en el Espiritismo el Evangelio del Señor, redivivo y actuante, para instalar con Jesús la Religión Cósmica del Amor Universal y de la Sabiduría Divina sobre la Tierra.»
Emmanuel
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